El efecto invernadero es el proceso en el que los gases en la atmósfera permiten la entrada de diversos rayos solares o los retienen, de tal manera que la energía se quede en el nivel del suelo. Mientras que este fenómeno es completamente natural y la Tierra lo necesita porque permite que disfrutemos de una temperatura óptima y facilita el desarrollo normal de los seres vivos, el problema consiste en que en la actualidad su intensidad trae consigo todo tipo de consecuencias negativas. Esto sucede debido al calentamiento, y lo provocan gases tales como el dióxido de carbono que utilizamos para los combustibles fósiles y el metano que utilizamos en nuestro estilo de vida actual.

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Otros gases importantes responsables del efecto invernadero son los óxidos de nitrógeno, el vapor de agua, el ozono y los clorofluorocarbonos. Debido a que nuestro estilo de vida demanda el uso de estos gases en niveles demasiado elevados, la alteración del clima era inevitable.

Consecuencias drásticas

El efecto invernadero eleva el nivel del mar debido a que se derriten las capas de hielo polares.

La elevación del nivel del mar es un problema porque el agua del hielo derretido se extiende por el océano y por los mares, y el mar crecerá en tamaño debido a que su temperatura aumentará, lo cual pone en riesgo a las ciudades próximas a las costas.

Este fenómeno también eleva los casos de desertificación. Daña a la agricultura porque se modifican las temperaturas y el ritmo de lluvia, y los cambios que sufren las cuatro estaciones harán migrar a las aves e inevitablemente alterarán la reproducción de los animales. Muchos de estos animales desaparecerán del planeta porque tendrán que cambiar de ecosistema, pero no todos lograrán adaptarse.

FUENTES: Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado, Ecopibes.
IMAGEN: CLIMADAT

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