La noche del 31 de octubre ya está a tan sólo un paso y, con ella, la diversión en familia en la versión más terrorífica. Lo malo de todas las celebraciones y fiestas es que traen consigo un gasto adicional para nuestro bolsillo, y un gasto de materiales que el medio ambiente notará si no hacemos nada al respecto.
No hay razón para descartar Halloween este año aunque nuestro deseo sea gastar poco, porque siempre podemos aprovechar algunos trucos que reduzcan nuestro gasto. Te damos algunos de ellos.
1. No tires los disfraces. Siempre hay maneras de aprovechar los disfraces del año anterior, repitiendo alguna parte del disfraz o regalando el conjunto a otra familia que pueda utilizarlo al año siguiente. Como último caso, si no encuentras la forma de reutilizarlo, recicla los materiales que has utilizado para convertir a tu hijo en Drácula o a tu hija en vampiresa.
2. Utiliza maquillaje natural y ecológico. Esta pintura no tiene parabenos ni otras sustancias tóxicas.
3. Descarta lo que dura dos días. ¡Por completo! De nada te va a servir adquirir un sombrero de bruja de tan mala calidad, que el 1 de noviembre ya quieras tirarlo. Aunque hayas ahorrado dinero con esta adquisición, a la larga sales perdiendo porque no podrás encontrarle otro uso adicional, ni para regalar a otra niña ni para utilizarlo al año que viene. Estas compras se realizan sobre todo teniendo en cuenta el ahorro económico, pero suponen un gasto excesivo para el medio ambiente y un residuo adicional que podemos evitar.
4. Una decoración sostenible. Aprovechemos el cartón de las cajas de mudanza que tenemos en el trastero, esa escoba de año pasado con el mango un poco roto… todo nos puede servir.
5. Una calabaza de plástico. Es ideal porque podrás utilizarla para cada celebración de 31 de octubre.
6. Y por último… ¡a reciclar! Después de la fiesta toca hacer limpieza, y qué mejor forma que separando todos los residuos y colocándolos cada uno en su contenedor correspondiente.
IMAGEN: Wonderlane