Alumnos del Centro de Formación Municipal de A Grela, en A Coruña, han puesto en marcha de un módulo de cultivo hidropónico -o cultivo sin suelo- gracias al cual recolectan lechugas o calabacines para su consumo.

Las ventajas de este modelo son, fundamentalmente, el mejor aprovechamiento de los recursos, del espacio y la mejora de la ergonomía para los agricultores. Además, es respetuoso con el medio ambiente, no emplea pesticidas, los fertilizantes son orgánicos, reduce el consumo de energía, consigue una mayor eficiencia del agua utilizada y utiliza los nutrientes minerales de forma más eficiente.

El Centro de Formación Municipal de A Coruña recolecta lechugas gracias al cultivo hidropónicoEn primer plano son Jorge Vázquez, profesor del Centro de Formación Municipal de A Grela, y la concejala de Empleo y Empresa del Ayuntamiento de A Coruña, María Luisa Cid.

El profesor Jorge Vázquez es quien supervisa las tres plantaciones que hay en el recinto. Cada una de ellas cuenta con una iluminación diferente para lograr una planta de calidad en el menor tiempo posible y con unos costes de producción mínimos.

De hecho, como explicó Vázquez a la concejala de Empleo y Empresa de A Coruña, Luisa Cid, durante su visita al centro, ya han conseguido reducir a 45 días el proceso desde la germinación a la recolección de una lechuga, un tiempo sensibemente menor que en un cultivo tradicional. El resultado es lo que se conoce como productos de cuarta gama, aquellos que se comercializan frescos, cortados, lavados, embolsados y listos para el consumo.

Por su parte, la concejala ha destacado precisamente la apuesta por este tipo de proyectos: «innovadores, con proyección de futuro y que cuenten con buenas expectativas de inserción laboral». De hecho, Galicia apenas cuenta con cultivos hidropónicos, lo que supone una excelente oportunidad para optimizar recursos y modernizar los sistemas de cultivo.

El vivero hidropónico coruñés, que se enmarca dentro del taller de jardinería del Centro de Formación Municipal, emplea energía fotovoltaica instalada por los alumnos del taller de electricidad. Esto garantiza la autosuficiencia energética del proyecto (4 horas de luz en esta primera etapa) y reduce su dependencia del consumo tradicional.

Es, por tanto, un proyecto multidisciplinar en el que también han colaborado los alumnos de los talleres de soldadura (instalación de esructuras metálicas del vivero) y de fontanería (circuito de agua). Juntos han aprendido que existe otra manera de producir alimentos más ecológica, sana y eficiente que la del modelo tradicional.

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