Red Eléctrica de España (REE), la empresa pública que gestiona la red de transporte de electricidad en nuestro país, ha duplicado en sólo dos años el número de líneas eléctricas que cuentan con salvapájaros, un dispositivo que consiste en una espiral de plástico reflectante que cuelga sobre los cables para alertar a las aves de su presencia y que la empresa lleva instalando desde 1995. En la actualidad son ya 2.330 los kilómetros de tendido que cuentan con este sistema frente a los 1.403 que había en el año 2010.
Evitar la muerte de aves en sus instalaciones es uno de los objetivos que la compañía incluye en su política de Responsabilidad Social Corporativa en materia de medio ambiente. De hecho, en nuestro país mueren al año cientos de aves atrapadas en los más de 30.000 kilómetros con que cuenta la red de distribución de energía en España.
Con este mismo espíritu, Red Eléctrica puso en marcha el año pasado el proyecto ‘Cartografia de Flujos de Aves’. Su fin: identificar con mayor precisión las zonas de mayor riesgo para aves amenazadas y reducir tanto la frecuencia de vuelo a través de sus instalaciones como la colisión con los tendidos eléctricos. Años atrás trabajaron en esta misma línea instalando plataformas de anidamiento en diversas zonas del país para intentar que estos animales anidasen en áreas de menor peligro.
Otras actuaciones en materia medioambiental
La empresa pública recoge en su memoria anual en materia de RSC otras actuaciones en materia medioambiental entre las que figuran la mejora de las calles de seguridad de las líneas para evitar incendios forestales, la instalación de nuevas líneas lo más lejos posible de áreas ricas en biodiversidad o el proyecto de reforestación ‘El Bosque de Red Eléctrica’, que ha permitido a la compañía compensar más de 60.000 toneladas de CO2 en los cinco años que la iniciativa lleva en marcha.
Todas estas actuaciones son pequeños pasos que contribuyen a mejorar la calidad de nuestro ambiente, a preservar nuestra fauna y a proteger aquellos espacios con un mayor valor ecológico. Sin embargo, quedan muchos kilómetros de tendido sin protección y mucho trabajo aún por hacer.
Foto de Alejandro Flores