La creciente utilización del maíz en la producción de etanol ha generado diversos inconvenientes, mayormente relacionados al incremento en los precios de los alimentos ante la menor disponibilidad. Aunque el fenómeno es mundial, en México (con una cultura alimenticia fuertemente ligada al maíz) los efectos se advierten de forma más directa.

Vehículos movidos por etanol

La producción de agrocombustibles, principalmente de etanol, ya se lleva el 15 por ciento del total de las cosechas mundiales de maíz. En tanto, ese porcentaje trepa al 40 por ciento en el caso concreto de Estados Unidos, el país que define en mayor medida los precios de los granos a nivel mundial.

Esta situación es una de las principales causas del fuerte incremento en los precios internacionales del maíz, un cultivo que posee un papel central en la producción de alimentos, y que por lo tanto repercute de manera crucial en el aumento general del valor de los productos alimenticios en todo el planeta.

Este fenómeno se ha iniciado, de acuerdo a la mayoría de los especialistas, sobre 2006. Sigue vigente actualmente, convirtiéndose en una amenaza capaz de incrementar el hambre y la inseguridad alimentaria, sobretodo en los sitios y regiones con mayores necesidades económicas.

El impacto en México

México es uno de los países más afectados, ya que el maíz se emplea allí para consumo humano en forma directa. El incremento del precio del maíz se relaciona concretamente con el valor de la tortilla, una de las comidas más empleadas en el país latinoamericano. Esto incrementa también el malestar social y la inseguridad alimentaria, principalmente en las áreas más empobrecidas y en las zonas rurales. Por su parte, la situación también incrementa las erogaciones relativas a la importación de maíz, imprescindible para hacer frente a la menor disponibilidad.

Sobre 2008, los valores de la tortilla en México ya se habían duplicado con respecto a los precios de 2006. Esa tendencia a la suba de los precios sigue vigente, afectando a muchos alimentos en México. El empleo del maíz para la producción de etanol significó que entre 2006 y 2011 los costes derivados con este grano en México se ubicaran entre los 1.500 y 3.200 millones de dólares.

Resulta evidente, en consecuencia, que el desarrollo de los biocombustibles debe armonizarse con las necesidades alimenticias para que realmente sean una solución sostenible.

Foto de Milton Jung

Un comentario

  1. El etanol es una pisobilidad en un futuro, pero algo en lo que no se han puesto a pensar es que el cultivo del maiz sigue dependiendo del petroleo, por que para sacar una produccion de maiz llegan a tirarle hasta 8OO Kg. de urea fertilizante derivado del petroleo por hectarea, seria mas eficaz el proyecto del etanol si bajaramos los costos de produccion de maiz. Soy un desarrollador de biotecnologia para agricultura mi aportacion para estos proyectos es bajar los costos de produccion del maiz entre un 50 porciento y un 70 porcineto, yo cuento con esta tecnologia

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