Estas semanas las compras navideñas son las protagonistas. Hoy serán muchos los padres que acudan a las tiendas en busca del regalo ideal para sus hijos. Muchos tienen claro que claudicarán y comprarán lo que sus hijos les pidan. Otros, sin embargo, buscarán productos que, al mismo tiempo que les entretienen, sirvan para educarles. ¿Y qué mejor momento que la infancia para empezar a promover la conciencia medioambiental?

Ideas sostenibles para los más pequeños estas navidades

Muchas marcas de juguetes se han dado cuenta del interés de algunos progenitores en fomentar el respeto por el medio ambiente entre los más pequeños y han decidido lanzar al mercado productos específicos para tal fin. Es el caso de juegos de construcción que incorporan paneles solares, coches teledirigidos propulsados por energía solar u otros dispositivos que funcionan con agua o pequeños molinillos eólicos.

También es frecuente encontrar pequeños kits de huertos urbanos, con invernaderos en los que los niños pueden ver crecer zanahorias o tomates (aún hay niños que hoy en día no saben muy bien de dónde vienen). Si no estamos dispuestos a gastar las cantidades que piden por algunos de estos productos, podemos intentar hacerlo nosotros mismos. Por ejemplo, con el huerto urbano. Sólo necesitamos un par de macetas, tierra, semillas ecológicas y un manual con las indicaciones necesarias para comenzar a cultivar.

Las tres erres se quedan en dos: Reutilizar y reducir

Otra buena idea puede ser la de reutilizar, en este caso nuestros libros o juguetes de la infancia. Además de darles una nueva vida a tus antiguos juguetes, tendrás la oportunidad de estrechar vínculos afectivos con ellos y compartir vivencias de aquellos tiempos.

Las tiendas de comercio justo y de producción local se convierten en excelentes opciones para realizar nuestras compras. Comprando en las primeras estaremos ayudando a personas en riesgo de exclusión u otros colectivos desfavorecidos. Los productos, además, suelen estar fabricados con productos respetuosos con el medio ambiente. Haciéndolo en las segundas, evitaremos la contaminación que provoca el transporte de las mercancías y conseguiremos es que los beneficios reviertan directamente en nuestro entorno.

Un mayor consumo casi nunca trae consigo mayor felicidad. Sin embargo, un consumo responsable y eficiente sí que la puede aportar. Aprovechemos estas fiestas para dejar el materialismo a un lado y pensemos en qué nos gustaría hacer con nuestros hijos, sobrinos o nietos. Seguro que los momentos que pasemos con ellos, en los que ellos pueden aprender, jugar y disfrutar al mismo tiempo, a la larga serán un regalo que guardarán en su recuerdo y que compartirán más adelante con los suyos.

¿Recuerdas lo que te regalaron con 8 años? Puede que no. Y seguro que lo que te regalaron por aquel entonces ni siguiera lo conservas. Pero a qué sí que guardas recuerdos de tu infancia que sólo con rememorarlos ya te hacen ser un poco más feliz? Reduce tu consumo, cuida tu entorno y disfruta de estas fiestas en compañía de los tuyos, que es de lo que se trata. Felices Fiestas a todos!

Foto de Fon Simó

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