La cantidad de comida que se desecha en perfecto estado es escandalosa. Las cifras hablan por sí solas y sonrojan. Según un informe del Parlamento Europeo de 2011, solo en los países de la Unión Europea se tiran a la basura 89 millones de toneladas de comida al año (7.7 millones de toneladas es la cifra que desperdicia España). En este contexto, surge el movimiento freegan, con el propósito de boicotear este sistema económico que, en la búsqueda obsesiva por el lucro, ha abandonado la ética y que con sus sistemas de producción masiva, genera graves impactos en el abuso indiscriminado de los animales, los seres humanos y la tierra.
Despilfarro de comida vergonzoso
Uno de los máximos exponentes del movimiento freegan (término que se obtiene de las palabras free -libre- y vegan -vegano-) es el escritor e historiador inglés Tristram Stuart, que desveló los excesos consumistas en su libro “Despilfarro: el escándalo global de la comida”, como por ejemplo que los 40 millones de toneladas de alimentos que se tiran en EE.UU podrían alimentar a mil millones de personas que pasan hambre a diario. Para demostrar los datos el autor quiso ponerlo en práctica y en noviembre de 2011 dio de comer a 5.000 personas en Londres con alimentos recuperados de los contenedores de basura. El libro y esta acción significativa, han sido una inspiración para muchos y el movimiento freegan se ha extendido por numerosos países de todo el mundo. En España, el colectivo madrileño Comida Basura, es heredero de la filosofía de Tristram Stuart.
Comida Basura
Con el eslogan tu basura es un tesoro, esta plataforma ciudadana de Madrid, que reúne a los interesados en el movimiento freegan, defiende que la comida no se tira porque no es un producto de consumo sino una necesidad básica. Con estos principios desarrollan debates sobre el despilfarro y la especulación de alimentos, acciones de concienciación pública, talleres de cocina con sobras, la producción colectiva de un mapping de zonas verdes de recogida de alimentos en la ciudad de Madrid, organizan comandos de barrio para reciclar alimentos, recolectan alimentos en los contenedores, en los supermercados, en las tiendas o en los restaurantes o convocan reuniones en espacios públicos para cocinar y comer los alimentos reciclados.
El movimiento freegan pretende, en definitiva, frenar el despilfarro con una estrategia básica, recoger los alimentos desechados en perfecto estado para su consumo y redistribuirlos, bien a través de comidas populares gratuitas o bien creando bancos de alimentos.
Para más información en http://comidabasurablog.wordpress.com/ y http://freegan.info/