El incremento en la vegetación urbana puede ser una forma concreta para disminuir la contaminación de las grandes ciudades. Si esta vegetación se ubica en lugares estratégicos, la contaminación puede reducirse hasta en un 30 por ciento, según sugiere un reciente estudio de la Universidad de Birmingham.
Se sabe que la vegetación funciona como un eficaz filtrante de la contaminación del aire, pero las evidencias científicas están indicando que los efectos pueden ser aún más positivos que lo que se suponía hasta hoy. Los expertos de la Universidad de Birmingham señalaron que históricamente se pensaba que la vegetación urbana podía provocar una disminución del 5 por ciento en la contaminación del aire.
Sin embargo, los nuevos datos marcan que esa reducción puede llegar a un 30 por ciento, siempre y cuando los espacios verdes se distribuyan de la forma más eficaz posible. Los investigadores indicaron que las paredes verdes son una excelente alternativa, y que su distribución estratégica puede ser realmente muy beneficiosa.
La gran ventaja de las paredes verdes es que aportan los beneficios de la vegetación al nivel de la calle, mediante plantas trepadoras y otras especies que crecen en las paredes de casas y edificios. De esta manera, se genera un corredor de aire que atraviesa toda la extensión de la calle, limpiando el aire de una forma más eficiente.
Menos contaminantes en la atmósfera
Al incrementar la concentración de hiedras, hierba y otras clases de plantas es posible disminuir el nivel de contaminantes como el dióxido de nitrógeno, por ejemplo, reduciendo al mismo tiempo la incidencia de aquellas enfermedades generadas por este tipo de contaminantes urbanos.
Asimismo, además de una mayor cantidad de paredes verdes y de espacios públicos con vegetación, los especialistas remarcan que las plantas y árboles que se ubican en los patios de las casas también son muy efectivos, considerando que acumulan la contaminación entre sus hojas. De esta manera, protegen a los dueños de las propiedades y también aportan a la disminución general de la contaminación en toda la ciudad.
Otro desafío en torno a este incremento de la vegetación en las grandes ciudades tiene que ver con la supervivencia de las plantas y árboles en el entorno urbano, considerando los cambios que se advierten en el medio ambiente y los efectos de la sequía o el calor, por ejemplo. En consecuencia, es vital determinar previamente aquellas especies que tengan mejores condiciones de adaptación a cada entorno.
Foto de xavi talleda