Las organizaciones «Acción Ecológica» y la «Fundación Patrimonio Nuestro» de Chile; el “Museo de Paleontología Meyer Hönninger” de Perú y la “Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM)” de Argentina han pedido a los gobiernos de los tres países que constituyan una comisión técnica independiente para evaluar los daños generados por el Rally Dakar sobre yacimientos arqueológicos y paleontológicos y sobre la biodiversidad de los ambientes por los que ha circulado. La denuncia se sustenta en informes oficiales y académicos que demuestran daños irreparables en patrimonio arqueológico y paleontológico, además de certificar que no se realizaron evaluaciones previas que protegiesen la biodiversidad de las zonas afectadas por la edición 2013.
Daños reconocidos por el Dakar
Luis Mariano Rendón, de «Acción Ecológica» de Chile, ha explicado que en su país el Consejo de Monumentos Nacionales del Gobierno «informó técnicamente al Ministerio de Educación, del cual depende, la preocupación que existía por los daños al patrimonio arqueológico e histórico en las regiones I, II, III y IV, ya producidos durante las últimas versiones del Rally Dakar y la posibilidad que se produjeran nuevos daños en la edición recientemente concluida«. Ya se habían registrado daños en 202 (de 491) lugares tras las ediciones 2010, 2011 y 2012.
El Museo de Paleontología Meyer Hönninger de Lima, en Perú, ha denunciado daños irreparables en los yacimientos paleontológicos de la región de ICA. El director del Museo, Klaus Hönninger, indicó que «pese a haber informado al Ministerio de Cultura de los daños ya provocados por el Rally Dakar 2012 en recursos paleontológicos únicos, tanto por competidores como asistentes, no se adoptaron medidas de protección para la edición 2013«. El investigador recordó que en una de las zonas afectadas, el desierto de Ocucaje en Perú, «se encontraron hace 20 años los primeros indicios de la existencia de tiburones gigantes y cachalotes de hasta 20 metros de largo«.
El Dr. Raúl Montenegro, de FUNAM Argentina, ha asegurado que la masa de vehículos que moviliza el Rally Dakar «no tiene precedente por el ancho de la franja impactada cuando circula fuera de los caminos, ni por la magnitud del sistema de vehículos de asistencia, aeronaves y espectadores que acompaña cada edición. En lugares de menor biodiversidad natural como los ambientes áridos, altamente sensibles y sin ningún tipo de control gubernamental, los daños son enormes. Pero como los gobiernos no evalúan líneas de base o referencia previas, ese impacto no se midió ni mide. Los organizadores hacen su negocio, los corredores y espectadores vuelven a sus lugares, y las comunidades quedan con los impactos que nadie evaluó«.
Foto de Diego Peñailillo