La agricultura ecológica ha experimentado en los últimos años un crecimiento espectacular en Galicia. En la década 2002-2012, el volumen de negocio de la producción certificada se multiplicó por 39 al pasar del medio millón de euros en 2002 a los 22,7 millones que facturó en 2012.
Así se desprende de los datos de la memoria de 2012 del Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia (CRAEGA), entre los que también destaca el aumento de la superficie en este mismo período. Así, la superficie inscrita pasó de las 3.585 hectáreas de 2002 a las actuales 15.242. Es decir, cinco veces más. En lo que se refiere al número de operadores, éste se situó en los 607, de los cuales 491 son productores y 116, elaboradores, importadores y comercializadores.
Por provincias, Lugo, con 9,34 millones de euros de facturación, fue la que registró en 2012 un mayor volumen de negocio, seguida de Pontevedra (6,87), A Coruña (3,85) y Ourense (2,64).
Predominio de la ganadería ecológica
El CRAEGA reconoce en su informe que en Galicia sigue primando la ganadería sobre la producción vegetal, como demuestra el hecho de que más del 83% de la superficie inscrita -unas 12.766 hectáreas- corresponda a pastos, prados y forrajes.
La leche y sus derivados son los productos ecológicos que mayor demanda están teniendo, con una facturación que en 2012 alcanzó los 9,4 millones de euros. Sin embargo, son los piensos y la alimentación animal los que mayor crecimiento de ventas han experimentado -un 36,9%-, lo que supuso a los productores unos ingresos de 1,4 millones de euros.
Agricultura ecológica, salida a la crisis
La conselleira de Medio Rural de la Xunta de Galicia, Rosa Quintana, que también asistió a la presentación del informe, apuntó a la agricultura ecológica se ha convertido para mucha gente en una salida a la crisis. En este sentido, considera que Galicia tiene un enorme potencial para sacar partido al campo en un momento en el que tanto la Unión Europea como los propios consumidores se inclinan cada vez más por este tipo de productos.
Desde el CRAEGA constatan esta realidad y reconocen que son muchos los jóvenes que abandonan la ciudad para volver al campo. Las gestiones relacionadas con las tierras son uno de los principales problemas con los que se encuentran, pero la Administración se ha comprometido con ellos a encontrarle pronto una solución.