Las mujeres tienen a su disposición una alternativa ecológica para su higiene femenina durante su vida fértil. Se trata de la copa menstrual, que sustituye a los clásicos tampones y compresas. Esta copa, hecha con silicona médica hipoalergénica, se introduce en la vagina los días de la menstruación de la misma forma que un tampón.

Este producto es ecológico, no sólo por el material del que está hecho sino también porque es biodegradable, no genera desechos, es reutilizable (tiene una duración aproximada de diez años), y es económico, puesto que el cálculo medio indica que una mujer puede llegar a utilizar alrededor de 10.000 tampones o compresas en su vida fértil.

Copa menstrual, higiene femenina ecológica

Cómo se utiliza la copa menstrual

El funcionamiento de la copa de silicona es sencillo. Al introducirse en la vagina recoge el flujo menstrual sin producir pérdidas puesto que se adapta de forma perfecta a las paredes vaginales. Por sus características, no absorbe las defensas naturales ni deja restos de fibras, lo que la convierten en una opción más saludable.

Su uso no reviste ninguna complicación. Se coloca de la misma forma que un tampón. Existen dos tamaños, para mujeres que no han tenido un parto vaginal y para las que sí han dado a luz. Las copas no precisan cambiarse con la misma frecuencia que los tampones o compresas puesto que tienen una capacidad de 30 ml, lo que significa la tercera parte del volumen de sangre que pierde una mujer en cada menstruación. Esto indica que puede utilizarse alrededor de 12 horas sin necesidad de vaciarse. Para limpiarla basta con utilizar agua y jabón neutro y debe esterilizarse en agua hirviendo al final del ciclo.

Una larga historia

La historia de la copa menstrual data de la década de 1930, momento en el que empezaron a producirse de manera industrial. En esa década se comercializaron de forma significativa, después el uso fue disminuyendo. Tras la II Guerra Mundial las copas se fabricaron en Estados Unidos y a principios de los años 60 dejaron de producirse porque no resultaban rentables. A partir de 1987, EE.UU produce la copa de latex, The Keeper, y es a partir de entonces cuando se fue popularizando el uso debido al ahorro económico que significa y a las buenas críticas de los médicos, que la han considerado idónea para reducir las infecciones genitales asociadas al uso de tampones y compresas. Aunque la copa de látex se sigue fabricando, en los últimos años las copas han pasado a realizarse con silicona médica. En España, como en otros países, ya se producen las copas menstruales de silicona.

El precio fluctúa entre los 20 y los 30 euros, dependiendo de los modelos,  y se amortiza a los seis meses. Se puede adquirir en tiendas de productos ecológicos o través de las marcas que las comercializan (son varias) vía Internet.

Foto de lacopamenstrual.es

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