Se acerca la Navidad y con ella un periodo marcado por las compras y los regalos. Es el momento en el que las empresas ponen en marcha una auténtica ofensiva comercial con la que buscan sacar a los clientes a la calle para que consuman sus productos.
Sin embargo, el consumismo compulsivo es lo más insostenible ambientalmente que puede haber. De hecho, si el actual modelo de consumo se extendiera por todo el mundo, serían necesarios tres planetas para hacer frente a la demanda de materias primas y fuentes energéticas. En Navidad esos ratios de consumo se disparan.
Para evitar este tipo de conductas existen una serie de alternativas que nos permitirán celebrar estas fiestas de una manera más sostenible. Reducir nuestro consumo se convierte en algo imprescindible para evitar el deterioro ambiental.
Antes de comprar siempre debemos reflexionar sobre si realmente se necesita y, una vez que nos decidimos a comprar, averiguar cómo se ha fabricado para saber si en su proceso de producción se ha causado algún daño al medio ambiente o se ha cometido algún tipo de abuso en materia laboral.
Lo siguiente es salir de casa e ir a por lo que hemos decidido adquirir. Los mercados tradicionales y las tiendas de barrio o las tiendas de comercio justo (en las que nos aseguramos de que lo indicado en el párrafo anterior se cumple) se convierten en la mejor alternativa para realizar la compra.
Tratemos de huir siempre en la medida de lo posible de las grandes superficies comerciales. No hay que olvidar que siempre será más sostenible aquello que se haya producido más cerca de nuestros hogares.
Para desplazarnos, prescindamos en la medida de lo posible del vehículo particular y apostemos por el transporte público. Muchos de los trayectos son de poca distancia, lo que convierte en totalmente ineficiente el desplazamiento desde el punto de vista ambiental.
Juguetes ecológicos en Navidad
En estas fiestas, los niños se convierten en los grandes protagonistas y las empresas jugueteras son conscientes de ello. De hecho, según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), en estas fechas se venden el 75% de los juguetes que se venden cada año. Sin embargo, también es posible jugar sin necesidad de juguetes.
Muchos padres se dejan llevar por la presión de sus hijos y la dictadura de la publicidad y se olvidan de alternativas de consumo más justas y ecológicas. Entre ellas podemos señalar:
- Comprar juguetes que no precisen pilas.
- Evitar aquellos juguetes sobreembalados.
- Apostar por productos de artesanía local.
- Buscar productos que estimulen la creatividad.
- Comprobar que estén hechos a partir de materiales naturales y biodegradables.
- Asegurar que pagamos lo que vale el producto y no su publicidad.
Controla los residuos en Navidad
La Navidad es también un tiempo en el que se generan bastantes residuos. Si al año una persona genera un kilo y medio de basura al día, en Navidad esa cifra se eleva a los dos kilos, de los que más de la mitad corresponden a envoltorios.
Por ello, no está de más que cuando vayamos a comprar llevemos una bolsa de tela o un carrito de la comprar para no utilizar las bolsas de plástico que nos dan en los comercios. También podemos guardar el papel de los envoltorios para utilizar en otra ocasión. O mejor, prescindir de él y darle una nueva vida al papel de periódico. Con él se pueden hacer también envoltorios originales. Además, al final lo que importa es lo de dentro.
Si lo pensamos, hace no tanto tiempo celebrábamos la Navidad de un modo más comedido y no por ello eran unas fiestas menos especiales. Si predicamos con el ejemplo, podremos hacer ver a los demás que otro modelo de consumo más respetuoso con el medioambiente es posible.
Foto de Josep M. Rosell