Practica el turismo sostenible en tus vacaciones

Tanto si queremos descubrir lugares alejados de nuestro entorno como si deseamos profundizar en el paisaje que nos rodea, lo más recomendable para humanidad y naturaleza será viajar desde un enfoque de turismo sostenible. De este modo, lograremos mantener el respeto al entorno, las personas y cultura de cualquier lugar que visitemos en nuestras vacaciones, un plan que no debemos dejar de practicar en casa.

Comunidad en la valle de la Pita, Miraflor

Sencillo de realizar siguiendo unas pautas básicas, el turismo sostenible implica un equilibrio entre los factores económicos, sociales y ambientales beneficioso tanto para nuestro destino vacacional como para las generaciones futuras que quieran hacer turismo en un futuro.

Planeando el viaje: A la hora elegir destino, debemos tener en cuenta sus condiciones económicas, ambientales y sociales para, así, actuar en consecuencia una vez allí. También conviene elegir el medio de transporte que menos emisiones de CO2 genere a la atmósfera o, si no hay opciones más sostenibles, los vuelos sin escalas ya que, como advierte el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en su Pasaporte Verde, un único turista puede llegar a generar más emisiones de gases nocivos con sus vacaciones que el promedio anual de 4,3 toneladas de CO2 al año por habitante. En este sentido, algunas compañías aéreas practican una política de compensación de carbono con la que paliar las emisiones generadas por sus vuelos. También el peso del equipaje será un factor a reducir en la práctica de un turismo sostenible, al igual que su contenido, donde deben primar los productos no perjudiciales para el medio ambiente.

Respeto por el entorno: Siempre debemos ser respetuosos con el entorno, pero si viajamos a entornos naturales de gran belleza debemos serlo aún más. Tomemos fotos con la canon t3, o con nuestra cámera preferida, pero evitemos llevarnos souvenirs en forma de piedras del lugar o flores. Debemos dejar el entorno tal y como lo hemos encontrado, siempre.

En el destino: Si has buscado información, podrás alojarte en algún lugar con prácticas sostenibles y respetuosas tanto con el medio ambiente como con los empleados. Una elección tan recomendada como el uso del transporte sostenible como la bicicleta, la canoa, el caballo, etc. Un pequeño gesto al que podemos sumar el de reciclar para continuar con nuestras vacaciones de turismo sostenible, una forma de conocer otras poblaciones en la que no debemos olvidar entablar relaciones con las personas del lugar, valiosas por sus conocimientos en otras culturas y tradiciones de las que podemos aprender para nuestro día a día.

Recuerdos y compras: Uno de los placeres que ofrecen los viajes es la posibilidad de descubrir nuevas recetas gastronómicas, un plan que podemos llevar a cabo en pequeños locales o restaurantes autóctonos para beneficiar con nuestro gasto a los más necesitados del lugar. La elección de productos frescos y propios del destino vacacional será otra práctica interesante de turismo sostenible al igual que la compra de regalos o recuerdos realizados por vecinos del lugar o vendidos en sus pequeños comercios en lugar de piedras o restos arqueológicos con los que no conseguimos más que la erosión del paisaje.

Estas prácticas de turismo sostenible también las podemos llevar a cabo en nuestras escapadas de fin de semana a la montaña o la playa de nuestro entorno. Para ello, solo tenemos que cuidarnos de dejar todo tal cual lo hemos encontrado (si no, mejor); es decir, libre de colillas, papeles, bolsas o demás desperdicios productos de nuestro pequeño viaje. Todo, para que en un futuro nuestro hijos y nietos puedan disfrutar de los placeres que la naturaleza y el hombre han dejado en el mundo tras su unión.

Foto de Sven Hansen

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