Los efectos del cambio climático comienzan a dejarse notar en nuestros mares y océanos. Así lo demuestra el informe elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, que concluye que la subida de las temperaturas ha modificado en los últimos años las corrientes del mar Mediterráneo.
El estudio, que acaba de ser publicado por la revista PLOS one, se centra en la corriente de agua atlántica que entra en el Mediterráneo desde el Estrecho de Gibraltar. Comúnmente conocida como Chorro Atlántico, la zona se caracteriza por tanto por una rica biodiversidad como por una importante actividad pesquera de ejemplares de anchoa, cuyas capturas han variado de manera significativa en los últimos años.
Según el informe del CSIC, las importantes diferencias en los niveles de captura de anchoas que se producen de un año a otro se debe a las variaciones que se están registrando en la última década en la corriente marina de la zona, que ha registrado cambios tanto en la temperatura del mar Mediterráneo como en la salinidad de las aguas debido a unas lluvias cada vez más irregulares.
El cambio en las corrientes marinas, que según el CSIC podría estarse produciendo en otros puntos de la costa española, podría dificultar la pesca en algunos puntos de nuestra costa hasta ahora productivos, ya que la alteración de las aguas podría provocar la dispersión de las larvas, lo que dificultaría tanto su pesca como su supervivencia.
Foto de Nukamari