La energía solar es una de las fuentes limpias con mayor futuro, y también una de las alternativas ecológicas con menor impacto ambiental o social relacionado con su actividad, por ejemplo si la comparamos con los biocombustibles. Vamos a descubrir en este caso las principales características de una central termosolar.
Según muchos especialistas, las centrales termosolares son una de las metodologías más complejas para desarrollar sistemas de aprovechamiento de la energía aportada por los rayos solares. Al mismo tiempo, se trata de una de las formas con mayor potencial para poder satisfacer las necesidades energéticas mundiales empleando fuentes limpias y renovables.
Las centrales térmicas solares son instalaciones industriales en las cuales la radiación solar aviva un fluido, el cual alcanza un nivel termodinámico que permite generar la potencia suficiente para echar a andar un alternador. Precisamente este dispositivo es el que produce la energía eléctrica.
Se deben alcanzar temperaturas de entre 300 y 1000 grados centígrados, para obtener de esta manera un rendimiento eficiente del sistema termodinámico. Cumpliendo estas condiciones se puede lograr una producción suficiente como para que la central sea viable desde el punto de vista económico.
¿Cómo se captan los rayos solares? La captación y la concentración de los rayos del sol se concreta a través de espejos con orientación automática, los cuales se colocan apuntando a una torre en la cual se calienta el fluido indicado anteriormente. En otras ocasiones se emplean mecanismos de menores dimensiones y geometría parabólica.
Diferentes sistemas en las centrales termosolares
Hasta hoy se han desarrollado distintos esquemas de funcionamiento en las centrales termosolares con relación a los fluidos y ciclos termodinámicos seleccionados, utilizando diferentes motores y combustibles. Por ejemplo, el ciclo Rankine es el utilizado en las centrales nucleares y térmicas de carbón.
En tanto, el denominado ciclo Brayton se emplea en las centrales de gas natural. Otras variantes como el motor de Stirling también se han tenido en cuenta, aunque las alternativas más aprovechadas hasta el momento son aquellas que combinan la energía termosolar con el gas natural.
Uno de los prejuicios habituales en torno a la energía solar y otras fuentes ecológicas es que no llegan a obtener una producción energética similar a las fuentes convencionales en cuanto a calidad y cantidad. Sin embargo, las centrales termosolares brindan una producción de energía flexible y de elevada calidad, que además no insume pasivos ambientales ni pone en riesgo a los ecosistemas circundantes.
Foto de Florian