Caza ballenas

Latinoamérica se ha unido para evitar la continuidad de la caza científica de ballenas efectuada por embarcaciones japonesas, una actividad ilegal que diezma peligrosamente año tras año la población de esta especie en el área cercana a la Antártida. Asimismo, existen, por supuesto, serias dudas del carácter científico de esta práctica.

El pedido fue concretado por cuarenta organizaciones de la sociedad civil latinoamericana, afincadas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, además de organizaciones internacionales con actuación en Latinoamérica.

La solicitud se dirige a los gobiernos de la región para que aceleren acciones diplomáticas que rechacen enfáticamente la matanza de ballenas que realiza Japón bajo aparentes fines científicos. Esta acción fue presentada en el momento en el que se prepara la salida de una nueva flota ballenera japonesa.

Según sostienen estas organizaciones, la compleja actualidad administrativa de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y la continuidad de las operaciones de caza de ballenas bajo permisos especiales conforman una herramienta de presión que impide acabar con esta práctica y así garantizar la conservación a largo plazo de las poblaciones de cetáceos.

Negativa

Por el momento, Japón no está dispuesto a detener o en principio a disminuir la cantidad de ballenas cazadas con fines científicos, por lo tanto las organizaciones indicadas han solicitado a los gobiernos tomar rápidamente acciones que permitan detener la actividad de la flota japonesa.

Desde la puesta en marcha de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, el gobierno nipón ha capturado más de ocho mil ballenas en aguas del Santuario Ballenero del Océano Austral. La actividad se realiza con supuestos fines científicos, aunque muchas organizaciones creen que en realidad hay objetivos comerciales detrás de esta fachada.

El hombre contra la naturaleza

Aunque los estatutos de la CBI prohíben la caza de hembras con crías, en la temporada 2008/2009 Japón capturó un total de 679 ballenas minke antártica, de las cuales 304 eran hembras. Asimismo, un 63% de las mismas estaban preñadas y cuatro eran hembras lactantes, lo que permite suponer que algunas de las crías aún dependientes perecieron tras la captura de su madre.

Por último, las 40 ONGs destacaron que las operaciones de la flota ballenera japonesa amenazan en gran medida el delicado ecosistema antártico, además de no ser económicamente viables y depender fuertemente de subsidios gubernamentales. Todas estas condiciones serían suficientes para que la CBI considere su prohibición.

Foto de Marina Campos Vinhal en Flickr

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *