Cuando aterrizamos en nuevos lugares turísticos no solo nos llevamos las imágenes en la retina y algunos objetos de recuerdo para ayudar a la memoria, sino que también nos dejamos otras cosas. Una de las menos agradables, la basura, la cual se genera a un ritmo en Europa de un kilo de residuos sólidos por día y turista. Un número que aumenta en Estados Unidos, donde los turistas producen 2 kilos de basura por persona y día, tal y como recogen los datos del informe sobre Turismo en la Economía Verde elaborado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUAM).
En estas cifras quedan reflejados, además de la basura que genera el visitante, los residuos generados por los hoteles. Una gestión que, en el caso de los lugares turísticos más asentados, como ocurre con algunos puntos del Mediterráneo, sigue presentando deficiencias en situaciones como el vertido directo de residuos al mar, una puntualización que añadía Luigi Cabrini, director del Programa de Desarrollo Sostenible del Turismo de la OMT, en una entrevista al diario de profesionales del turismo Nexotur.
Otro dato preocupante es la relación directa entre la basura que dejamos en los lugares turísticos y la calidad del agua, perjudicada directamente por los vertidos de aguas residuales no tratadas por parte de los hoteles, una práctica habitual como señalaba Cabrini. Un problema que podría encontrar solución en los lugares turísticos con la implantación de prácticas de gestión medioambiental, utilización de recursos sostenibles o con el adecuado tratamiento de los residuos restantes, objetivos para los que se han comprometido la OMT y Futuralia, impulsor del próximo foro “El Impacto Medioambiental de los Subsectores Turísticos”. Una cita con el turismo sostenible prevista para el día 21 de noviembre en el Hotel Eurostars Madrid Tower.
Foto de Emilio Pereira