Como bien establece el concepto de desarrollo sostenible, el cuidado del medio ambiente y el mantenimiento del equilibrio ecológico no deben ir en contra del progreso económico. Un ejemplo interesante de esta alianza son los fertilizantes orgánicos, que conjugan beneficios para la producción agrícola con el mejoramiento de las condiciones de los suelos, y así, además, evita la contaminación de las diferentes especies vegetales y de todo el entorno.
Los fertilizantes orgánicos colaboran en el desarrollo de cultivos y plantas sin provocar efectos secundarios. En el caso de las variantes químicas, muchas veces el incremento de la producción se paga con la posibilidad de contaminar el entorno (por ejemplo las fuentes de agua), entre otras desventajas.
La utilización de fertilizantes orgánicos aporta a los suelos empleados en la producción agrícola los nutrientes que los mismos necesitan recuperar luego de las excesivas y continuas producciones de cosechas. Este tipo de abonos contiene muchos micronutrientes y macronutrientes, lo que permite optimizar aún más el rendimiento de las plantaciones.
Beneficios integrales de los fertilizantes orgánicos
Por otro lado, los fertilizantes orgánicos recomponen los niveles de materia orgánica del suelo, lo que incrementa su capacidad para retener los nutrientes minerales que se aplican en este tipo de producciones agrícolas. Se trata asimismo de productos 100% naturales.
La fabricación de los fertilizantes orgánicos se sustenta en el estiércol; en principio, se realiza una selección para eliminar los posibles agentes infecciosos que puedan estar presentes en el estiércol, y, posteriormente, se retiran los restos de piedras o elementos contundentes que puedan hallarse.
Rehabilitación de suelos
El resto se traslada a centros de producción en los cuales se envasa el fertilizante orgánico y las pruebas de calidad pertinentes. Además del estiércol puede utilizarse compost, que es un compuesto en el cual se combinan materiales de origen vegetal y animal.
El compost se emplea para recomponer terrenos en mal estado, y puede llegar a rehabilitar toda la estructura del suelo. Los fertilizantes inorgánicos o químicos, en cambio, aportan solamente los nutrientes que se requieren para solucionar un problema específico y de forma inmediata.
La utilización de fertilizantes orgánicos permite evitar los daños que provocan los fertilizantes inorgánicos o químicos cuando son aplicados de forma excesiva y sin seguir los procedimientos necesarios. Además, los fertilizantes orgánicos mejoran la absorción del agua en los suelos, lo que permite mantener el nivel de humedad ideal en cada terreno.
Foto de Sustainable Sanitation
Muy interesante para la Uni
ta bien
a si es como bien lo dice la explicacion es la mejor opcion para devolcerle a nuestro planeta poco de lo mucho que nos an dado
ademas que los bio fertilizantes no contaminan los mantos freaticos y regulan la alternancia de los suelos generan mayor saniadad en planta y preevienen las plagas como recomendacion uso uno muy bueno bio fom